Portafolio 2: Evaluación de los aprendizajes ¿Un proceso de cuantificación del conocimiento?

Evaluación de los aprendizajes

¿Un proceso de cuantificación del conocimiento?

La evaluación de los aprendizajes ha sido valorada frecuentemente desde las diversas áreas de conocimiento como un proceso de medición que conlleva procesos de validez, confiabilidad, objetividad, representatividad, adecuabilidad y practicidad, que permite la cuantificación de datos y así determinar el aprendizaje del estudiante, error que ha sido desarrollado desde los inicios de la práctica evaluativa pues reduce todo el proceso de regulación del aprendizaje desde sus diversos momentos, a la obtención de datos concretos que se analizan de forma objetiva esclareciendo una escala numérica, la cual indica el logro de aprendizaje obtenido por el alumno.

Al ser vista la evaluación como simple proceso de medición, se da a conocer un instrumento que a mi parecer no es usado correctamente, pues no solamente limita el aprendizaje de los estudiantes, si no que también convierte la dinámica del aprendizaje en una rutina pasiva de conocimiento y desmotivación, fomentando la competencia insana y no el trabajo colaborativo, el cual se ha implementado por años en los centros educativos y es el examen.

Este instrumento, apreciado por unos y menospreciado por muchos a pesar de esclarecer muchas cualidades no positivas para el nuevo paradigma educativo, no deja de ser un elemento regulador importante en el aprendizaje de los estudiantes si es usado apropiadamente y con fines de un verdadero proceso de regulación del aprendizaje logrado.

Al respecto, Álvarez (2001), mencionado por Santamaría en si libro ¿Cómo evaluar aprendizajes en el aula?, se refiere al instrumento del examen de la siguiente manera:

“Como instrumento bien utilizado, el examen cumple funciones que pueden ser educativamente válidas. Las perversiones que de él se hagan, los sinsentidos que con él se comentan y las difusiones que se le puedan asignar, no son achacables en principio al instrumento en sí; antes bien a quienes hacen tales usos y abusos, que son en parte fruto de una actividad que es costumbre y que se identifica con la ignorancia y mediocridad intelectuales” Pág. 95

Relacionado a lo anterior, es claro que el docente como facilitador de conocimiento, no tiene claro en muchas ocasiones, los momentos propicios para regular y medir el proceso de aprendizaje de los estudiantes por medio del examen ( ya sea oral o escrito), obstaculizando el desarrollo de aprendizaje significativo en la comunidad de aprendizaje y cuantificando sus logros, así como debilidades por medio de un dato numérico que además de señalar arbitrariamente quienes si aprendieron y quienes no, desmotiva internamente al alumno quien debe tratar de superar ese dato cuantificado. Y no valorándose otros aspectos subjetivos que son muy importantes en el contexto de aula en donde no solamente se debe realizar el proceso de mediación de conocimiento si no también generar espacios de reflexión que permitan la sensibilización de los estudiantes en las diversas temáticas vistas de acuerdo al contexto real.

Es importante valorar los procesos de medición del aprendizaje desde las normas y criterios pues se obtienen resultados importantes sobre el conocimiento logrado entre los estudiantes y el desarrollo de habilidades y destrezas obtenidas producto de la comprensión de los objetivos de aprendizaje, valorando no solamente el dato cuantificado si no aspectos mas subjetivos que conlleven a una evaluación auténtica en donde el alumno asuma el verdadero compromiso por su proceso de aprendizaje y evidencie actitudes colaborativas y reflexivas que favorezcan el logro de niveles mas profundos de conocimiento y en donde el docente adquiera un rol no protagónico si no mas bien colaborador ayudando a los estudiantes a desarrollar nuevas habilidades y destrezas para la comprensión y resolución de situaciones de contexto.

Instrumentos Cuantitativos

Características:

Anteriormente se comentó sobre la importancia de saber utilizar los exámenes como instrumentos de evaluación que permiten medir el logro del conocimiento

de los estudiantes desde una medición de normas y criterios para generar procesos de evaluación auténticas.

En este apartado se establece una comparación entre los instrumentos cuantitativos escritos, orales o de ejecución estableciendo similitudes y diferencias que son de relevancia pues involucran aspectos educativos que el docente debe considerar en el momento de su aplicación, permitiendo no solamente la aplicación del instrumento si no que evidenciando además, el cumplimiento de los propósitos del curso.

Es importante retomar que los instrumentos cuantitativos de evaluación a pesar de sus diferencias y similitudes deben contemplar procesos de validación, estar de acuerdo con los objetivos del curso, ser dirigidos a un grupo particular de

estudiantes y que respondan a un planeamiento didáctico con un formato y estructura definidos que contemplen los estilos de aprendizaje de los estudiantes así como sus problemas de aprendizaje o necesidades educativas evidenciadas. Es importante además que logren la incorporación de todo el grupo en el proceso de aprendizaje en donde todos se vean retroalimentados respecto a sus logros, progresos y aspectos por mejorar sin discriminar a nadie y sin ser arbitrario en el proceso de mediación de conocimiento.

De esta forma ayudaremos a los estudiantes a percibir los procesos de evaluación como espacios positivos de retroalimentación que evidencien los pro y contra durante los momentos de aprendizaje que desarrolla el estudiante en el espacio de aula.